En el cuaderno a cuadros de un joven Ignazio Gardella, se encuentran las notas de su viaje a Alemania (1930), emprendido para estudiar las obras del Movimiento Moderno, con una atención particular a las arquitecturas sanitarias. Gardella, que aún no había terminado la carrera de ingeniero, acaba de suplir al padre en el estudio que el mismo conducía con el Ing. Martini, donde ya estaban trabajando en el proyecto del Hospital antitubercoloso Vittorio Emanuele III de Alessandria. Poco después seguirán otras tareas para el polo sanitario de la ciudad: la Iglesia, el Hospital infantil, el laboratorio de higiene y profilaxis y el más conocido Dispensario antituberculoso. Entre las notas, principalmente textuales, del viaje entre Frankfurt, Düsseldorf, Munich y Nuremberg, destaca la mirada critica del arquitecto, que ya està planeando su propia declinación del tema. Gardella se fija el tamaño de las estructuras, la altura y amplitud de los compartimientos, la disposición de luces y de las instalaciones -casi siempre expuestas-, la tipología de marcos, los revestimientos parietales y su altura, los suelos (principalmente en linóleo), el color. La experiencia directa de las soluciones vanguardistas de los proyectos alemanes enriquece los primeros proyectos en Alessandria y prefigura la atención dirigida a la construcción como medio de expresión, que caracteriza la obra del maestro italiano. El texto se centra en la relación entre la Iglesia del Hospital y el complejo antituberculoso, y enfoca las características comunes a sus obras más conocidas. El proyecto del edificio sagrado, con el campanario en el centro de la composición y la disposición de los volúmenes laterales – la capilla funeraria por un lado, la sacristía y la residencia del párroco por el otro -, se aleja de la línea paternal y anticipa algunos temas recurrentes de la producción gardelliana siguiente: el oculo cenital de la iglesia, que permite filtrar una luz misteriosa entre las vigas de madera de una construcción de carácter rural, contrasta con la dimensión plástica de las paredes curvilíneas y encaladas, según un recorrido de «meticciamento»2 que ya se aclarece en el Dispensario. Para las estructuras Gardella utiliza una reticula de hormigón armado, la mampostería de ladrillo, o bien delgados tubulares de acero, estableciendo un complejo sistema de significados, que expresa la relación entre las partes y el todo. Materiales y colores subrayan las autonomías y muestran que probablemente la construcción del lenguaje de Ignazio Gardella ya ha comenzado con su “ópera prima”.
Notas de arquitectura : la iglesia del Hospital Antitubercoloso Vittorio Emanuele 3. de Alessandria, òpera prima de Ignazio Gardella
Claudia Cavallo
2022-01-01
Abstract
En el cuaderno a cuadros de un joven Ignazio Gardella, se encuentran las notas de su viaje a Alemania (1930), emprendido para estudiar las obras del Movimiento Moderno, con una atención particular a las arquitecturas sanitarias. Gardella, que aún no había terminado la carrera de ingeniero, acaba de suplir al padre en el estudio que el mismo conducía con el Ing. Martini, donde ya estaban trabajando en el proyecto del Hospital antitubercoloso Vittorio Emanuele III de Alessandria. Poco después seguirán otras tareas para el polo sanitario de la ciudad: la Iglesia, el Hospital infantil, el laboratorio de higiene y profilaxis y el más conocido Dispensario antituberculoso. Entre las notas, principalmente textuales, del viaje entre Frankfurt, Düsseldorf, Munich y Nuremberg, destaca la mirada critica del arquitecto, que ya està planeando su propia declinación del tema. Gardella se fija el tamaño de las estructuras, la altura y amplitud de los compartimientos, la disposición de luces y de las instalaciones -casi siempre expuestas-, la tipología de marcos, los revestimientos parietales y su altura, los suelos (principalmente en linóleo), el color. La experiencia directa de las soluciones vanguardistas de los proyectos alemanes enriquece los primeros proyectos en Alessandria y prefigura la atención dirigida a la construcción como medio de expresión, que caracteriza la obra del maestro italiano. El texto se centra en la relación entre la Iglesia del Hospital y el complejo antituberculoso, y enfoca las características comunes a sus obras más conocidas. El proyecto del edificio sagrado, con el campanario en el centro de la composición y la disposición de los volúmenes laterales – la capilla funeraria por un lado, la sacristía y la residencia del párroco por el otro -, se aleja de la línea paternal y anticipa algunos temas recurrentes de la producción gardelliana siguiente: el oculo cenital de la iglesia, que permite filtrar una luz misteriosa entre las vigas de madera de una construcción de carácter rural, contrasta con la dimensión plástica de las paredes curvilíneas y encaladas, según un recorrido de «meticciamento»2 que ya se aclarece en el Dispensario. Para las estructuras Gardella utiliza una reticula de hormigón armado, la mampostería de ladrillo, o bien delgados tubulares de acero, estableciendo un complejo sistema de significados, que expresa la relación entre las partes y el todo. Materiales y colores subrayan las autonomías y muestran que probablemente la construcción del lenguaje de Ignazio Gardella ya ha comenzado con su “ópera prima”.I documenti in IRIS sono protetti da copyright e tutti i diritti sono riservati, salvo diversa indicazione.